17 junio 2014

AY POETA…


Tú y tus letras…
no hay beso mas profundo y sediento 
que las curvas se de una “s” 
cuando pluralizan el deseo. 
Nada más afrodisíaco  
que un verso tuyo 
haciendo círculos 
en la desnudez de mis cántaros. 
Cierro los ojos para leerte 
y robo tu inspiración abriendo 
la rosa adormecida de la noche.

Tú y tus letras…
vocales de boca en boca 
que humedecen mis labios 
ávidos de sonidos inéditos. 
Consonantes de placer 
susurrados en mi oído 
y tus manos, escribiendo el amor 
en todos los idiomas, 
en cada hoja en blanco de  mi piel.

Poeta, mi poeta…
muero cuando haces la pausa 
que dilata el final anunciado. 
Te transformas en la pluma 
salvaje de un ave paradisíaco,  
colmándome con la tinta tibia 
y blanca de la elocuencia.
Reescribe este poema 
en mi espalda, 
en la delgada línea 
que separa el  placer y  la muerte, 
en el silencio que provocas 
cuando mis brazos caen rendidos 
a la vera de tus latidos.

Poeta, mi poeta…
vuelve a corregir tu letra, 
pero esta vez, dentro de mí.


Rita Mercedes Chio Isoird
Argentina - Derechos reservados 

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