No eres la dueña

No eres la dueña                                                                     

de mi dolor
a él lo llevo pegado en el reverso de mi luz
eso es cierto
tanto
que es una sombra avanzando sin cesar
en cada paso que da deja sobre los espejos
su huella de penumbra inconfundible
arrasa con los colores
como
un desorbitado mar que lo engulle todo
pero es mi dolor
yo acepto
su mueca irónica mientras va pisoteando
las estrellas del cielo que se me hunde.

Lo dejo:
Que se jacte presumido de haberle robado
a mi margarita su último: ¡Me Quiere!
Clavar
mis labios sobre el madero del llanto así no
me es posible sonreír
De que haga
del impenetrable silencio el nervio acústico
de tu nombre
Enterrar
bajo amarillentas hojas de otoño al sol
De estrechar
la alameda del hoy hasta convertirla en un
delgado cordel por el que tengo que andar.

Pero es mi dolor
Yo
Soy su dueño
No hay nada que él pueda hacer para a mis
Versos bajarlos de su propio viento
A cuya corriente me aferraré con las uñas y
Dientes de la sangre del alma:¡Saldré!

Gustavo Adolfo Villanueva.
D//RESERVADOS.